jueves, 26 de diciembre de 2013

Orígenes y actualidad de la Disciplina Positiva.

 

     La Disciplina Positiva encuentra sus raíces más profundas en Alfred Adler (1870-1937), médico y psiquiatra austríaco, compañero de Freud durante un tiempo, y disidente de éste después. Adler practicó lo que se denomina psicología individualista. El deseo de Adler era el de mejorar psicológicamente al ser humano y a la humanidad en su conjunto.
     Podríamos decir que Adler es el gran desconocido, sin embargo, a él le debemos expresiones tan actuales como “complejo de inferioridad” o “afán de poder”.

     La teoría adleriana está concebida como una orientación holista e integradora. Para Adler, el ser humano constituye  una unidad psicológica en el que todos sus actos, pensamientos, emociones y conductas, conscientes e inconscientes, van dirigidos hacia un fin. Para Adler, entender la conducta humana es preguntarse ¿hacia dónde? o ¿para qué?

     La conducta humana hay que entenderla también dentro de lo que Adler denomina Sentido de Comunidad; con este concepto, el austríaco expone la necesidad de entender la conducta del individuo estudiando cómo es su relación con la vida, con la sociedad e incluso con el cosmos.
     Finalmente, no podemos dejar de hablar de las ficciones en la teoría adleriana.

     Según este autor, las personas usamos construcciones mentales en nuestro día a día, hasta tal punto, de que la verdad como tal no existe, sino que sería la ficción más útil de la que podemos hacer uso. Adler distingue entre ficción útil (contribuye al bien de la comunidad) y ficción no útil (cuando exclusivamente se beneficia el individuo)

     Como dijo Adler en 1937, -“Si la vida y la evolución de la humanidad significan realmente cooperación y contribución, entonces todos los esfuerzos personales y todos los movimientos de masas que no se dirijan al bienestar de la humanidad están condenados al fracaso”, personalmente opino que la historia nos está dejando una evidencia clara de que esto es así.

     En los años 30, Adler ya había fundado escuelas donde colaboraban maestros, padres, médicos y psicólogos.
      Junto con Adler tenemos que hablar de un discípulo suyo, Rudolf Dreikurs,(1897-1972) al que le debemos el concepto de “educación democrática”. En este tipo de educación Dreikurs aboga por tres líneas de intervención:

1.    Enseñar a padres y maestros a educar mejor, con el fin de una intervención preventiva y correctiva.

2.   Intervenir directamente con niños problemáticos o psicopatológicos.

3.    Fomentar la colaboración interdisciplinar (médico, psicólogo, maestro y padres).

     Respecto a las reglas básicas en este sistema educativo democrático, podemos citar las de:

1.    Actuar, no predicar

2.    Dar ánimos

3.    No castigar

4.    Evitar situaciones críticas

5.    Convivencia

     A Dreikurs le acuñamos también el concepto de  creencias erróneas de los niños (poder, atención, venganza y retraimiento), así como el proceso de identificación de cada una de estas creencias.

     Según este autor, “un niño que tiene un mal comportamiento es un niño desmotivado”, así que, motivemos al niño y el mal comportamiento no tendrá razón de ser.
     A finales de los años 30 el doctor Dreikurs lleva la Disciplina Positiva a Estados Unidos. Es aquí, en EEUU, donde aparecen Lynn Lott y Jane Nelsen, ambas fundadoras de la Positive Discipline Association y autoras de numerosas páginas de Disciplina Positiva. A ellas se les debe, en los últimos tiempos, la difusión que esta materia está teniendo en todos los rincones del mundo.
     Un estudio en una escuela de Sacramento, durante un período de 4 años, demostró que los suspensos descendieron de 64 a 4 anuales en las aulas donde se impartía Disciplina Positiva; del mismo modo, los actos vandálicos y delictivos descendieron de 24 a 2 sucesos. El ambiente en las aulas también cambió, fomentándose la colaboración y el respeto.

     Como dijo en su día Jane Nelsen, “De dónde hemos sacado la loca idea de que para que un niño se porte bien primero tenemos que hacerlo sentir mal”.
     Actualmente podemos hablar de un prolífero movimiento de la Disciplina Positiva a nivel global. En Francia podemos citar la labor de Beatrice Sabate, quien ha adaptado al francés el manual Disciplina Positiva de Jane Nelsen y Lynn Lott y es una de las responsables de la divulgación de la Disciplina Positiva en el país vecino.
     A nivel internacional podemos hablar de la organización Aprender sin Miedo, entidad en la que organismos como UNICEF o Child Helpline International son socios, y que  han optado por formar a educadores en Disciplina Positiva para combatir la violencia infantil tanto dentro como fuera de las aulas (Plan Vietnam)
     No podemos olvidar el trabajo que educadoras como Gigi Núñez y Gina Grahan están realizando, difundiendo la Disciplina Positiva en países como España, país que ya cuenta con la primera promoción de Educadores para Padres en Disciplina Positiva, promoción de la que me siento muy orgullosa de formar parte.
     Ya el Gobierno de Navarra, en el año 2012, aprobó, en su VI Campaña para la mejora de la convivencia en los centros escolares, las Normas de Aula y Proactividad. Hacia la Disciplina Positiva.

    Con esta tendencia educativa nos encaminamos hacia la adopción de un sistema educativo democrático, sistema acorde con el contexto social e histórico en el que vivimos actualmente y con el que pretendemos, no sólo criar a niños felices, sino educar a niños capaces de desarrollar las herramientas de vida necesarias para poder construir en un futuro cercano una sociedad basada en el respeto y la cooperación.

 

 

Macarena Soto Rueda

Educadora para Padres en Disciplina Positiva

 

 

Fuentes: www.posdis.org Positive Discipline Association / “La psicología individual de Alfred Adler”, Úrsula Oberst y Juan Ruiz/  “Educación democrática” versus “educación tradicional”, de Úrsula Oberst/ http://plan-international.org/learnwithoutfear /

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